lunes, 1 de marzo de 2010

Crónica del Pájaro que da cuerda al mundo.


Nejimaki-dori Kuronikuru



Cuenta la historia de Tooru Okada, un abogado que abandona su buffete para tomarse un descanso del trabajo. A partir de aquí, y después de que su mujer, Kumiko, le abandone bajo extrañas circunstancias y desaparezca su gato, Noboru Wataya (llamado igual que su cuñado, un pérfido político dispuesto a todo por triunfar). A partir de este momento, la vida del señor Okada empieza a convertirse en un vórtice de personajes inverosímiles y situaciones similares.

En esta obra de Murakami, los personajes son el eje principal de la acción. Tooru Okada es un personaje redondo en todos los sentidos, complementado muy bien con apariciones estelares como las de Malta y Creta Kanoo, así como Nutmeg y otros personajes secundarios que complementan las acciones descabelladas de Okada y que acompañan al personaje a lo largo de su travesía interior hasta buscar el significado del abandono de su esposa y del gato. Además, la aparición de la joven May Kasahara proporciona el punto de cordura al relato, siendo el personaje con menos luces del mismo, pero que se convierte en piedra angular entre el mundo onírico que se va gestando alrededor del señor Okada y la realidad de, entre otros lugares, la fábrica de pelucas donde Kasahara acaba viviendo. Su relación será fundamental a lo largo de la novela.


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Pero no sólo está bien trabajado el apartado de personajes. La acción y la atmósfera son tales que, aunque estamos ante un relato que mezcla fantasía con supuesta realidad, en muchos momentos se hace imposible distinguir dónde nos encontramos. Hay capítulos sublimes en los que Okada baja al fondo de un pozo para reflexionar sobre su vida y que acaban convirtiéndose en verdaderas pesadillas o sueños muy reales tanto para el lector como para el propio personaje, que pierde la noción del tiempo.

Por otro lado, maravillosamente mezclado en el relato, se va dilucidando una Historia de Japón jamás contada. A través de personajes secundarios, como el teniente Mamiya, se cuentan acontecimientos de la II Guerra Mundial con tanta precisión y rigor histórico que el lector se deja llevar por ellos y para nada, como se podría pensar, representan un parón en la narración. De hecho, muchos de estos capítulos ayudan a comprender la posterior mentalidad del protagonista.

En este libro es más importante la relación que cada lector establece con Okada que la propia trama, puesto que se trata de un relato existencialista y filosófico sobre hasta qué punto es capaz de llegar el ser humano en cuanto a su entorno más cercano y a los acontecimientos pasados. Todo ello para conseguir una meta que se supone imposible.

Haruki Murakami ha escrito, en este relato, una obra maestra de la literatura de todos los tiempos. Su prosa ágil y sus amplios conocimientos de la literatura universal hacen de él un escritor imprescindible con legiones de seguidores silenciosos que ansían, como agua de mayo, otro libro más del genial autor japonés.